PRIMERA VACUNA PROTEICA CONTRA COVID-19
Cecilia Grierson
Las vacunas basadas en proteínas recombinantes se basan en una tecnología muy segura y ampliamente conocida, utilizada desde hace más de 30 años en la producción de la vacuna contra la Hepatitis B que se aplica en niños recién nacidos.
Esta tecnología garantiza una composición definida, con una cantidad de antígeno precisa y la ausencia de impurezas tanto proteicas como de material genético.
La utilización de hidróxido de aluminio como adyuvante activa las células del sistema inmune induciendo una inflamación moderada en el sitio de inyección, atrayendo células presentadoras de antígeno y potenciando la respuesta inmune. Por otra parte, este adyuvante convierte los antígenos solubles en particulados facilitando su captura por parte de las células presentadoras de antígeno y generando un efecto de liberación prolongada que modula la respuesta inmune.
Estas características de las vacunas de proteína recombinante con hidróxido de aluminio explican su muy baja reactogénesis y excelente tolerancia.
Este desarrollo fue posible a partir de la asociación público-privada entre la Ciencia y la Industria Argentina, con más de 600 científicos y profesionales de 25 instituciones trabajando con el mismo objetivo de lograr la autosuficiencia sanitaria en vacunas. Los estudios clínicos completos, la tecnología utilizada, la estabilidad a temperatura de 2 a 8oC y el registro definitivo de ANMAT permiten que esta vacuna sea la
primera contra COVID-19 disponible en farmacias y vacunatorios.